Comerás Flores

19,95  IVA incluido

AUTORA        Lucía Solla Sobral

ISBN              978.84-10178-59-5

Nº PÁGINAS  248

IDIOMA          Castellano

FORMATO     20 x 12,15

«Para las que todavía estáis en un coche a 200 kilómetros por hora»

Una novela que indaga en los espejismos de las relaciones desiguales y en la amistad como refugio.

Meses después de la muerte de su padre y recién graduada, Marina conoce a Jaime, un hombre veinte años mayor que ella que irrumpe en su vida colmándola de atenciones y planes. En poco tiempo, su día a día da un vuelco: pasa de compartir piso con su mejor amiga Diana, de ir a conciertos y de salir de fiesta a instalarse en el cómodo apartamento de Jaime y cenar cada fin de semana en los mejores restaurantes.

Deslumbrada por la sofisticada vida adulta y el encanto de Jaime, quien también se gana a su familia, Marina se ve sumergida por completo en su mundo, comenzando a olvidar lo que la definía.

Con una prosa que oscila entre la delicadeza lírica y la crudeza visceral, Comerás flores, la novela debut de Lucía Solla Sobral, explora qué significa ser joven, madurar y construirse una identidad. Una novela sobre las distintas caras del amor y los espejismos de las relaciones desiguales, las dificultades del duelo y la amistad como refugio.

«Una gran ópera prima. […] una prosa sin florituras que busca ser el bisturí con el que diseccionar lo narrado, Solla Sobral firma una destacada primera novela que no se recrea en lo dramático ni en lo sentimental. Resulta dura y, al mismo tiempo, bella […].» Anna Maria Iglesia (Abril / El Periódico de España).

«Esta novela, escrita con lirismo, precisión y autenticidad, desmonta los mitos del amor romántico y nos confronta con una verdad incómoda: muchos maltratadores parecen príncipes azules.» María Ovelar (SModa / El País).

«Una escritora que tiene todo lo que hay que tener: técnica y sensibilidad, rigor y frescura, crudeza y lirismo, conocimiento e intuición. En esta historia retrata una relación desigual en toda su complejidad y hace que a los lectores nos lata el corazón al mismo ritmo que a su protagonista. ‘Comerás flores’ es su primera novela, pero parece la decimocuarta. » Marta Jiménez Serrano.

 

Editorial

LIBROS DEL ASTEROIDE

SINOPSIS

«Quería enfadarme, llamarlo como hacía él cuando era yo la que tardaba más de
cinco minutos en contestar, quería echarle en cara que estaba pasando de mí, que qué era tan importante que no podía ni preguntarme cómo me sentía en esa mierda de viaje. Pero no sabía cómo enfadarme con Jaime sin que todo se volviese en mi contra».

Existen momentos, situaciones en la vida en la que los astros se alinean y, cuando menos te lo esperas, hallas un lugar seguro donde la conversación fluye, los miedos se comparten, y las lecturas acontecen. Raro es el momento en el que un grupo de mujeres no encuentran un nexo común experiencial en su trayectoria como tales, que viven en esta sociedad donde su salud física se rige por su edad respecto a la maternidad y su salud emocional condicionada por los hombres que la habitaron.

En uno de esos momentos, bien hallados, surgió esta lectura. «Creo que os va a gustar el libro que ha escrito una amiga». Vaya si acertó. Una novela que nace de esas conversaciones entre mujeres donde se desgranan, con la crudeza de quien ha vivido lo mismo con distinto nombre, las heridas comunes. Es la historia de un  una prosa tan lírica y precisa que se convierte en un acto de catarsis y, finalmente, de liberación.

Un hecho, casi, universal: chica joven conoce hombre «maduro» que la eclipsa y enamora a partes iguales. Casualidad de la vida, siempre la diferencia de edad favoreciendo la «experiencia vital» de un hombre frente a la «inexperiencia emocional» de una joven
mujer. Casualidad de la vida, un «hombre que explica cosas» adoctrinando y moldeando a una mujer que lo tenía todo para ser feliz, aunque ella aún no lo supiera.

Algo revuelve esta lectura, la prosa ligera, la palabra precisa, la metáfora concreta. Algo revuelve en la naturalidad con la que se desarrollan los hechos, una urgencia narrativa que hace que no sueltes el libro hasta concluirlo y que se te pegue el personaje al hipotálamo y no te desprendas su halo, aunque lo intentes, hasta días después. Una rabia contenida, un enfado universal, un deseo visceral de gritarle «nena, sal de ahí, que el lobo te quiere comer». Porque los lobos, comen.

Lo excepcional de la narrativa de Solía Sobral no es solo la identificación que provoca, pocas serán las mujeres que no reconocen algún aspecto de esta desigual relación en relaciones pasadas o presentes, sino la maestría con la que envuelve esta historia de sumisión y despertar. Pocas serán las mujeres que no se hayan topado con algún ‘Jaime’ en sus vidas. Hombres que precisan del poder que ejercen sus silencios, sus preguntas capciosas que anulan y dejan «gritos pegados a los azulejos durante días enteros» para, acto seguido, como buen maestro de la «luz de gas» desplegar un encanto tan arrollador que hace dudar de la propia percepción de la realidad.

El viaje de la protagonista, como la vida misma, no es lineal, y ahí reside gran parte de su autenticidad. La novela evita el maniqueísmo fácil. La autora se adentra con valentía en la complejidad psicológica de quien es víctima de este tipo de manipulación: la duda constante, la esperanza patológica de que la versión encantadora de la persona sea la «verdadera», y la lenta y dolorosa toma de conciencia de que se está siendo anulada.

El proceso no es una huida abrupta, sino un desgaste, un despertar compuesto de pequeños hallazgos y grandes decepciones que, gota a gota, llenan el vaso de la lucidez.
Pero ‘Comerás flores’ es mucho más que la crónica de una relación tóxica. Es, ante todo, la historia de una metamorfosis. El título no es azar, sino una promesa.
Dejando de lado lo evidente, parece hablar del momento en el que una decide dejar de alimentarse de migajas de afecto y de palabras venenosas disfrazadas de sabiduría, para, en cambio, nutrirse de belleza, de la propia esencia. Comer flores es un acto de rebeldía,
de elegir lo delicado, lo extraordinariamente sencillo y lo nutritivo sobre lo áspero y lo dañino. Es el símbolo de una recuperación: la de la voz, la autoestima y la identidad propia, que habían sido sistemáticamente silenciadas y moldeadas para comodidad de otro.
Solía Sobral emplea un ritmo que imita el vaivén emocional de la protagonista. Hay capítulos cortos, casi jadeantes, que reflejan la ansiedad y la confusión, seguidos de pasajes más reflexivos y líricos donde la narración parece tomar aliento para observar el daño y empezar a sanar. Esta estructura no solo mantiene una tensión narrativa palpitante, sino que sumerge en la montaña rusa emocional que supone liberarse de un vínculo dañino.
Publicada por Libros del Asteroide, una editorial con un olfato exquisito para las voces necesarias, esta novela se posiciona como una de las revelaciones literarias del año. Lucía Solía Sobral no solo demuestra un talento narrativo formidable, sino una valentía enorme al diseccionar con tanta lucidez un mecanismo de dominación emocional tan extendido y, al tiempo, tan personal. Existen libros que llegan no por casualidad, sino por necesidad. ‘Comerás flores’, la incisiva y luminosa ópera prima de Lucía Solía Sobral, es uno de ellos.
«Te traigo un recuerdo que se fundirá en tu memoria para que lo confundas con otros. Te lo traigo ahora que todavía no te hace falta. No le darás importancia, porque es mío, pero es un recuerdo que saldrá disparado como un resorte cuando esa persona te grite.
O te susurre. O se calle». Ainara Bezanilla. El Diario Montañés

 

 

 

 

 

LA AUTORA

Hablamos con Lucía Solla Sobral (Marín, 1989) de su novela debut, Comerás flores, una historia que indaga en los espejismos del amor.

¿Cómo nace el libro?

Esta novela nace de la necesidad de hablar del maltrato psicológico con honestidad, sin idealizar a la víctima ni caricaturizar al manipulador. Quería mostrar que, en este tipo de relaciones tóxicas, no solo hay miedo: también hay culpa, pena y rabia. La relación entre Marina y Jaime, protagonistas de Comerás flores, es una suma de experiencias propias y de vivencias que me han confiado amigas y conocidas a lo largo del tiempo. También quise hablar de desigualdad, de amistad y de ese duelo que atraviesas cuando pierdes a alguien… e incluso cuando te pierdes a ti misma.

¿Te costó encontrar la voz de la narradora de esta historia?

La voz de Marina me resultó fácil de encontrar: es una voz contagiosa, cercana y llena de lirismo. No quería conformarme con los lugares comunes; quería que las palabras se moldearan a lo que siente Marina, para que el lector pudiera sentirlo con ella. Sabía que no todo el mundo entendería por qué se enamora de Jaime, por qué permanece a su lado a pesar de todo. Por eso quise recurrir a imágenes intensas, que rompieran cualquier lectura automática. Porque Marina no solo se enamora de Jaime: lo huele, lo saborea… y yo quería que el lector pudiera empatizar con esa experiencia.

Háblamos más de Marina, su protagonista.

Conocemos a Marina poco después de la muerte de su padre. Está desubicada, sin saber muy bien qué hacer con ese dolor. Aparentemente está bien: le gustaría vivir sola, pero acepta mudarse con su mejor amiga para ayudarla con el alquiler. No le gusta su trabajo, pero con veinticinco años ya ha dejado de intentar dedicarse al periodismo musical. Le gustaría hablar más de su padre, pero asume el silencio de su familia. Marina se ha acostumbrado a pasar desapercibida… hasta que conoce a Jaime. A su lado cree encontrar todo lo que necesita, pero poco a poco acaba aislada y dependiendo de él para casi todo. Marina tendrá que madurar para comprender qué está ocurriendo en su vida y qué está dispuesta a perder con tal de mantener esa relación.

Y de Jaime, su pareja. ¿Qué tipo de relación tiene con él?

Jaime es un empresario carismático, veinte años mayor que Marina. Posee un gran capital cultural y social, y parte de su atractivo reside en saber qué ofrecer a cada persona. Consigue que esa persona se sienta única en su mundo. Marina, adicta a esa sensación, no solo se siente especial a su lado, sino que también descubre un universo que, sin él, le resultaría inaccesible: vivir en la casa de sus sueños, cenar en restaurantes caros y llevar una vida adulta sin precariedades. Jaime está dispuesto a darle todo, y ella se deja querer.

¿El amor nos ciega?

Especialmente cuando estamos en un momento vulnerable. Marina está de duelo y se sumerge en una relación urgente —y también tóxica— que le permite llenar ese vacío de forma inmediata. Este tipo de relaciones también nos ciegan cuando convertimos el amor romántico en nuestra meta final, cuando lo único que buscamos es vivir esa experiencia, ese subidón. A veces, dejamos de lado a nuestra familia y amigos, e incluso nos dejamos de lado a nosotros mismos. Lo hacemos porque, al centrarnos en una relación así, cubrimos —o evitamos enfrentar— otras necesidades. En el caso de Marina, lo que hace, en realidad, es huir de su propia vida.

¿Necesitamos más relatos que rompan con el mito del amor tranquilo, el amor aburrido?
Hemos crecido rodeados de relatos que nos dicen que el amor es el objetivo y la solución. Marina cree que la respuesta a su dolor —y al tedio que sentía antes de conocer a Jaime— está en un amorque la ocupe por completo. En realidad, Marina no sabe cómo procesar lo que le está ocurriendo y lo entierra bajo una nueva relación romántica. Hay quienes hacen lo mismo trabajando doce horas, escalando montañas o grabando un podcast. El amor que ella busca para avanzar es también un amor capaz de dejarla sin aire. En el libro, acompañamos a Marina en su proceso de maduración, mientras aprende a escucharse, asentirse y a comprender qué significa tener una relación sana.

¿Qué obras o autores/as te acompañaron durante el proceso de escritura?

Al inicio, me acompañó la escritora Carmen María Machado con En la casa de los sueños. Su libro me ayudó a enfrentarme al texto con la mayor honestidad posible, especialmente en lo que respecta a Marina, sin emitir juicios. Marina no es una víctima perfecta, y no pasa nada. Durante la edición final, estuvo conmigo Podrías hacer de esto algo bonito, de Maggie Smith: una historia poderosa, en la que no hay espacio para el miedo. También tuve muy presentes, a lo largo de toda la escritura, las palabras de Dorothy Allison, que habla en primera persona de la violencia y del dolor. De alguna manera, todas ellas me ayudaron a entender a Marina y, al mismo tiempo, a entenderme a mí y a amigas y conocidas: ¿por qué permanecemos en relaciones desiguales, tóxicas o incluso abusivas? Por muchos motivos, lo importante es no juzgar a nadie, sino intentar entender.

Lucía Solla Sobral vive actualmente en Oviedo, donde ha creado y coordinado desde 2022 el Club de las Letras Salvajes. En 2023 fue seleccionada en la Residencia Literaria de la Cidade da Cultura de Santiago de Compostela, dirigida por el escritor Javier Peña.