AUTORA: Pía Pera
TRADUCCIÓN: Miguel Ros González
COLECCIÓN: El Pasaje de los Panoramas
FORMATO: 14 x 21,5
NÚMERO DE PÁGINAS: 272
«Es una delicia ser la invitada en casas ajenas y no hacer nada de nada. Si además es época de guindas, la felicidad es redonda. También he sembrado guindos en mi finca. Aún no me llegan ni por la rodilla: tienen casi tres años, pero al principio su desarrollo es lento. Sólo a partir de cierto punto el crecimiento se vuelve impetuoso, y casi da la impresión de que el árbol se ha levantado de golpe. Dentro de unos años disfrutaré del placer de las guindas en casa, pero será distinto, porque allí siempre hay algo que hacer, algo que me distrae. En cambio, aquí, como invitada, no tengo cometidos de ningún tipo, y cuando
devoro guindas devoro guindas, y punto»,
LA AUTORA
Pia Pera (1956-2016) creció en Lucca en una familia culta, original y excéntrica. Estudió Filosofía en la Universidad de Turín y, tras realizar un doctorado en Historia Rusa en la Universidad de Londres (donde fue alumna de la gran Isabel de Madariaga), enseñó Literatura Rusa en la Universidad de Trento. Más tarde, decepcionada, renunció a cualquier ambición académica y decidió hacerse cargo de una finca abandonada para transformarla en un maravilloso jardín. Publicó dos novelas, La bellezza dell’asino y Diario de Lo, que revisa el mito de Lolita y que se convirtió instantáneamente en un bestsellerinternacional. Entre los clásicos que editó y tradujo se encuentran Chéjov, Pushkin, Lérmontov o Hodgson Burnett. En los últimos años de su vida escribió sobre naturaleza, paisaje y jardines, con títulos tan destacados como Contro il giardino. Dalla parte delle piante (escrito junto a Antonio Perazzi); Il giardino che vorrei; Apprendista di felicità. Una vita in giardino o Aún no se lo he dicho a mi jardín, que Errata naturae publicó en 2021.
SINOPSIS
Un jardín, un huerto ponen nuestro corazón en el futuro. Confiados, esperamos que nuestros cuidados desplieguen en el lienzo de la tierra el paisaje que hemos soñado, anhelado, planeado, nuestro vergel de felicidad, flores y frutos. Cediendo a un deseo antiguo, el de vivir en el campo, y gracias a una finca abandonada en Toscana, Pia Pera logra dejar atrás las inquietudes de la metrópolis y aprender a trabajar la tierra, cultivarse, llenar la despensa de verduras y serenidad.
A su llegada a la finca, se descubre «sumamente analfabeta», su única experiencia eran las macetas en los alféizares o en las terrazas de las casas de ciudad. La tierra abierta se presenta ante ella como una gran incógnita. El jardín es un lugar de contemplación, juego y experimentación libre, allí es más fácil desprenderse de todo lo que estamos condicionados a desear pero que nunca ha servido para hacernos felices. En este sentido es un paraíso, el Edén, territorio de despreocupación e inocencia. El huerto es distinto: con él alcanzamos cierta autonomía y revertimos un rumbo que está destruyendo nuestro planeta; pero reclama mucho más, un conocimiento profundo de las plantas, de sus exigencias. Trabajo y cuidados a cambio de alimento y energía. El huerto mismo se convierte en severo maestro, desvela de forma despiadada derrotas y fracasos y, justo por eso, enseña a afrontarlos. En esta obra, Pia Pera presta especial atención a este duro mentor, se torna su humilde aprendiz. Con todo, para ella, indómita, culta y curiosa, huerto y jardín forman una unidad. Excepcionalmente dotada para la armonía, tiene una ambición: conciliarlos.
Para hacerlo, nos envuelve también en literatura. De las jugosas guindas a Kafka, de la aventura de plantar los bulbos a Pasolini, de la exaltación de las tormentas a Goethe, de la «felicidad de las hojas» a Hodgson Burnett, de la gastronomía a Goncharov: la generosa escritura de Pia Pera refulge entre la horticultura, la botánica y la poesía, entreverando flores y frutos con amistad, sabiduría, sufrimiento, determinación y amor.
«Gran literatura, o mejor gran poesía, si entendemos con esta palabra un grado supremo de expresión de lo humano, de lo singular, de lo extraordinario». Emanuele Trevi
«Así es la felicidad para la escritora, una nueva felicidad de sentirse reconciliada con la naturaleza y querer compartirlo. La campesina aprendiz se hace a sí misma, página a página, mejor y con más confianza. Y por supuesto más envidiable». Giulia Borgese, Io Donna