Jarrón Rocaille

El jarrón Rocaille de Astier de Villatte es un testimonio de la ética espiritual de la marca parisina y su fascinación por el arte popular

Una ilusión óptica hecha a mano.

90% Arcilla negra parisina; 10% Esmalte blanco
H: 28cm, Dia: 20cm

Astier de Villatte, devoto de la fabricación preindustrial, es reconocido por ser el único estudio de París que conserva y preserva las tradiciones de la producción artesanal de cerámica. Restaurando los sistemas ancestrales de moldeado y estampado, el jarrón Rocaille se elabora con técnicas de la Edad Media que consisten en moldear una lámina de arcilla artesanal, someter la pieza a doble cocción  y esmaltarla con esmalte blanco, un proceso largo que requiere un tiempo de secado de hasta un mes. Caracterizado por sus elaboradas ondulaciones y capas arquitectónicas, el jarrón lleva grabado el escudo distintivo de la marca, que representa un entrelazado de A y V, junto a las iniciales de uno de los 40 maestros artesanos que lo crearon. Cada pieza artesanal cuenta con una hermosa historia, enamora y transmite nostalgia a su propietario. Combínalo con otros jarrones ornamentados de la colección para lograr un toque decorativo coordinado. La producción artesanal confiere a cada pieza de cerámica un acabado único.

«En un viaje a Nueva York hace una década, Benoît Astier de Villatte e Ivan Pericoli se detuvieron en ABC Carpet & Home en Manhattan. la tienda fue una de las primeras en vender cerámica de Astier de Villatte, la línea que los hombres cofundaron en París.Estaban admirados de como se exhibían algunos de sus productos cuando un vendedor les dijo que las piezas eran copias de las que usaba María Antonieta. ¡No, no lo son!. El Sr Pericoli recordó haberle dicho al empleado, quien no sabía que los hombres que parecían estar hojeando habían diseñado los platos.

Al diseñar las cerámicas, Pericoli dijo que él y Astier de Villatte, se inspiraron en «cualquier cosa del pasado, cualquier período, desde el Neolítico» Los dos, que se conocieron después de que cada uno se graduara el la École des Beaux-Arts en París, aprovecharon su tiempo como estudiantes para crear la línea. Mathilde Carron-Astier de Villatte, fue otra fundadora, antes de iniciar su propia línea de cerámica.

En lugar de porcelana, optaron por trabajar con terracota negra, un material más común para la escultura, que habían utilizado en la École. Al estilo de los antiguos romanos, prensan la arcilla en formas con moldes de yeso y luego aplican un esmalte blanco brillante. Las cerámicas terminadas muestran la mano de los artistas en sus formas irregulares y los leves destellos de terracota se asoman a través de su acabado liso. La técnica utilizada le da a cada pieza un efecto «casi ectoplasmático», «como si hubiera sido extraída de un tazón de leche sin pasteurizar» dijo Mitchell Owens, editor de funciones de actuación de The World of Interiors, quien describió las creaciones de Astier como una «especie de contracultura de oscura «porcelana». El señor Owens afirma que ser dueño de las cerámicas ha llegado a tener el aire de ser miembro de «un club especial»

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The New York Times